En un artículo para la edición mexicana de la revista Forbes en 2015, Carlos M. Pérez menciona que la certificación da un valor adicional a las empresas al ser un aval de seguridad y confianza entre personas que consumen, elaboran y comercian diversos productos o servicios. Además, es una tendencia que crece y mejora el posicionamiento de las empresas.
¿Por qué la certificación genera confianza entre personas?
La certificación es una actividad que garantiza que los procesos, servicios, productos y personas que los realizan cumplan con la normatividad exigida por las diversas regulaciones tanto a nivel nacional como internacional. Con esto se asegura que los frutos de una actividad empresarial, por ejemplo, sean respetuosos con el medio ambiente, la competencia mercantil e, inclusive, la salud de los consumidores.
Generar confianza
Desarrollar un proceso de certificación involucra la realización de estudios socioeconómicos, la creación de perfiles, la evaluación de riesgo de capital humano, la investigación de antecedentes, así como capacitaciones. Con ello, se garantiza la cobertura de calidad en los diversos negocios de sus clientes, aplicando las normas que regulan cada caso.
Como un beneficio extra, además de mejorar las labores a realizar, los productos finales y el posicionamiento de las empresas, se genera confianza entre los miembros más importantes de la cadena: los consumidores. Pues al garantizarles los procesos más rigurosos, diseñados y elaborados por las manos más exigentes en cuanto a calidad, el consumidor estará mucho más satisfecho y seguro de comprar tus productos o contratar tus servicios.
Puede sonar a mucho trámite, incluso a procesos de ardua duración y esfuerzo, pero por nada del mundo son cuestiones que estén demás. La certificación no sólo es necesaria para poder desarrollar las actividades de acuerdo con la institución que lo regule, sino que también queda claro que estos procesos aumentan la confianza entre personas involucradas, incluyendo personal y consumidores.
